Memoria de nuestro webinar del 14 de julio de 2022
Hoy en día, los temas de los que se habla en redes e incluso en los medios de comunicación convencionales no están determinados por una agenda oficial ni por los intereses particulares de los medios. Muchos temas surgen de conversaciones espontáneas entre usuarios de la red, afirmaciones de políticos o personajes de la vida pública, titulares de prensa o lecturas que se hacen de noticias. Desde luego, muchas plataformas ofrecen incentivos para conseguir clics y los gobiernos e instituciones del mundo tienen equipos dedicados a promoverlos en redes, pero lo cierto es que la participación y la opinión en estos espacios parece un proceso más horizontal en la medida en que cualquiera puede crear una cuenta y opinar sobre un tema. Esta fluidez de las redes sociales permite reproducir rápidamente un mensaje y alcanzar audiencias masivas a un bajo costo, pero también puede dar lugar, en algunos casos, a la hostilidad y a la difusión de contenido dañino.
En medio de este entramado de interacciones, las organizaciones de la sociedad civil tienen el reto de impulsar sus agendas y fortalecer su voz en el debate. Para ello, deberán aprender a optimizar sus esfuerzos en lo digital, distinguir el ruido de aquellos indicios que sí son relevantes para la organización y saber reaccionar ante situaciones adversas. ¿Dónde debemos poner nuestra atención?, ¿cuándo encender las alarmas?, ¿cómo identificar un ataque en línea? Estas fueron algunas de las preguntas que abordamos en nuestro webinar. Aquí algunas reflexiones:
Empecemos con lo básico:
¿Qué es el ruido digital?
Tanto como el tráfico de una ciudad o los gritos incesantes de la tribuna de un estadio, el ruido hace parte del ecosistema digital y puede entenderse como una interferencia en los procesos de comunicación que, a la larga, puede afectar el éxito de los mensajes que organizaciones de la sociedad civil buscan compartir. Aunque puede ser abrumador, navegarlo hace parte de abrirse camino en el ecosistema digital, pues lo molesto, impertinente u ofensivo no debe saturar la estrategia digital.
¿Qué es un ataque en línea?
Es importante no confundirlo con la crítica. Una característica de los ataques en línea es que disfrazan de crítica mensajes tóxicos que degradan o afectan la credibilidad de personas o instituciones. Los debates enriquecen y buscan la reflexión, los ataques solo buscan demeritar y reducir al otro.
A veces es fácil reconocer puesto que se manifiestan a través de la toxicidad explícita –mensajes que tienen la intención expresa de hacer daño, insultar, trolear, amenazar o esparcir odio–; pero otras veces resulta más difícil identificarlos ya que se expresan a través de la toxicidad implícita –mensajes ambiguos que, aunque pueden no ser intencionales, antagonizan, generan discordia o disuaden a los demás de participar en una conversación–.
Ataques más comunes en el espacio digital
Troleo: comportamiento que busca sembrar discordia, división y ridiculización en el ecosistema digital. Suele provenir de cuentas de humanos que ocultan su identidad pero también pueden ser cuentas semi-automatizadas. Acá lo que se busca no es debatir sobre una idea sino atacar y desprestigiar.
Publicaciones difamatorias: información manipulada y tergiversada que busca desinformar y afectar la reputación de un grupo o persona.
Doxing: publicación en internet de documentos o información privada de otra persona sin autorización. Se utiliza como forma de intimidación y puede incluir números de teléfono personales, dirección de la vivienda de una persona y de su grupo familiar, fotografías, entre otros.
Amenazas: mensajes de hostigamiento e intimidación. Pueden apelar a la muerte, a la violencia sexual y a otras formas de violencia.
Envenenamiento de hashtags: se usa un hashtag que ya tiene posicionamiento para compartir contenido abusivo.
Discurso de odio: es la manera más explícita de atacar a grupos o personas por factores de su identidad.
¿Cuándo hablamos de abuso en línea?
Mientras que un ataque puede ser esporádico o responder a una coyuntura, el abuso en línea es severo y repetitivo y responde a una serie de patrones:
Contenido que es hiriente y severo
Es constante y repetitivo
Es dirigido a un grupo o individuo
Es excluyente
¿Cómo y cuándo responder a un ataque?
Es importante tener herramientas que nos ayuden a identificar los ataques y a responder de forma asertiva para minimizar su impacto en lugar de amplificarlo.
Reconocer y evaluar el riesgo
No es fácil verlo y escucharlo todo. Aunque las ofensas son molestas, no es recomendable responder en caliente pues a la larga podríamos darle más amplificación a los mensajes adversos. Por eso, ante un ataque es importante hacer un mapa de riesgo para entender qué está pasando:
Identificar si se está generando desinformación.
Identificar si hay troleo.
Identificar si hay ataques automatizados (mensajes repetidos de cuentas dudosas).
Identificar el discurso opuesto que se quiere promover y cuál es el alcance del mismo.
Estos son algunos aspectos que se pueden evaluar:
Comportamiento: ¿Cómo se diferencia este ataque de ataques previos?, ¿cuál es el potencial de intensificación?
Impacto: ¿El ataque está teniendo un impacto negativo en su labor y reputación?
Alcance: ¿Cuál es el tamaño de la conversación?, ¿está creciendo rápidamente el número de menciones?
Amplificación: ¿Qué actores están replicando o participando en el ataque?, ¿la conversación ha conquistado espacios mainstream?
Elaborar estrategias
Acciones de corto plazo para hacer frente a un ataque en línea
Documentar: sirve para denunciar el abuso ante las plataformas, la policía u otras instancias y para llevar un registro histórico.
Reportar: aumenta las posibilidades de que se activen los mecanismos de moderación de contenidos y permite dejar constancia del abuso.
Ignorar: es una opción cuando el riesgo es bajo y los mensajes abusivos o violentos tienen un alcance reducido.
Silenciar: Restringe el contenido que vemos en las notificaciones o muro de noticias de manera predeterminada.
Bloquear: Limita la capacidad de contacto y envío de mensajes. Restringe la visibilidad de nuestro contenido y la del agresor.
Exponer: Exponer los mensajes de abuso o la identidad de los agresores es una manera de cambiar el foco de atención y ponerlo en los acosadores.
Acciones para una respuesta estratégica
Tener canales seguros de comunicación.
Evitar responder en caliente, pero tener en cuenta el momento adecuado para hacerlo.
Tener medidas de seguridad informática y protocolos de seguridad que protejan sus redes.
Tener un buen entendimiento de las audiencias
Buscar aliados clave
Evitar amplificar el mensaje adverso
Desarrollar un sistema de comunicación efectivo y claro
Leer el contexto offline
Abrazar la creatividad
Por último, es importante tener un sentido de proporcionalidad. No todo lo que es grande es peligroso. Hay que evaluar la dinámica y mantener la calma para no ser nosotros mismos quienes contribuyan a difundir los ataques. Hacer un monitoreo permanente permitirá pasar de un enfoque reactivo a un enfoque proactivo.