¿Alternativas a la “mano dura”? Es hora de proyectar nuevas narrativas sobre seguridad
Hablemos de tranquilidad, convivencia y proporcionalidad. Exploremos maneras de contrarrestar los relatos enfocados en inseguridad y miedo que difunden las campañas electorales y refuerzan las redes.
¡Hola!
Les doy la bienvenida nuevamente a La Lupa Digital: Centroamérica y México. En este boletín del Inspiratorio estamos atentas a las estrategias de manipulación y de cierre del espacio cívico digital en la región, y buscamos ideas para hacerles frente con inspiración ⭐. Soy Laura Rodríguez Salamanca.
El próximo 2 de junio tendrán lugar las elecciones generales en México 🇲🇽. La palabra militarización ha ocupado un lugar preponderante en los debates electorales televisivos y en las declaraciones en redes sociales de las candidatas que lideran la intención de voto: Claudia Sheinbaum, del oficialismo, y Xóchitl Gálvez, representante de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México.
En el centro de las críticas que la sociedad civil y las colectivas feministas le han hecho al mandatario saliente López Obrador está la pregunta sobre qué tanto poder, recursos y legitimidad deberían seguir acumulando las fuerzas armadas en perjuicio de las instituciones civiles 🧐. Esto debido a las crecientes violaciones de derechos humanos y a la reducción del espacio cívico para periodistas, activistas y defensoras del territorio.
Sheinbaum, la candidata oficialista, ha tenido que salir a responder por la extensión del poder a los militares que ha favorecido su mentor político, pero no ha propuesto cambiar realmente el rumbo. Gálvez, por su parte, ha generado polémica al hablar de construir una mega cárcel, lo que recuerda al criticado modelo punitivo de Nayib Bukele en El Salvador. Todas estas discusiones son potenciadas por la licuadora de los algoritmos de plataformas como X y YouTube que premian contenidos y monetizan el sentimiento de inseguridad y el miedo colectivo.
La pregunta por el enfoque de seguridad está en los reflectores de la campaña, así como los clichés narrativos que ya hacen parte del paisaje sonoro cuando hablamos de este tema en México o en Centroamérica: “la guerra contra el narco”, “la guerra contra las pandillas” o la “guerra a la extorsión” declarada por la presidenta hondureña Xiomara Castro.
Pero hay otros futuros posibles 🌤️. En esta edición les cuento sobre varias iniciativas e ideas que están surgiendo en Latinoamérica para estudiar los discursos dominantes sobre seguridad, pensar en la manera en que están siendo amplificados en espacios digitales y qué alternativas de cambio narrativo podemos reimaginar e impulsar desde la sociedad civil. Spoiler: hay un grupo de organizaciones que va a empezar a experimentar con mensajes alternativos sobre seguridad en Colombia y les pedí algunos tips.
[Red Flags 🚩]
A finales de marzo estuve en un evento en el que Komons, un grupo de investigadores digitales, presentó un estudio sobre las narrativas que circulan en Facebook, YouTube y X sobre el ejército, la Guardia Nacional y los derechos humanos en México.
Esta organización concluyó que en estas redes sociales predominan discursos que favorecen la militarización, presentando a los uniformados como héroes, incorruptibles y como la única alternativa contra el crimen organizado. Además, se identificaron estrategias y mensajes que humanizan, feminizan (purple washing) y hacen parecer cool a las milicias. Los investigadores notaron que, incluso, se utiliza el discurso del presidente salvadoreño Nayib Bukele para legitimar la 'efectividad' de la militarización.
Junto con esto, Komons identificó que las narrativas antimilitaristas están perdiendo: son minoritarias en redes sociales y suelen enfocarse en denunciar que el ejército es un agente de la criminalidad y una institución inhumana y violenta. Los usuarios reaccionan a estos mensajes con comentarios cínicos, a favor del ejército y justificando la venganza contra el crimen.
Los únicos mensajes que logran despertar compasión admiración y esperanza son los relatos de los familiares de las personas desaparecidas como las madres buscadoras.
México no es el único país donde hay una amplia aceptación de la presencia de las fuerzas armadas en la vida pública. Una encuesta realizada por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas reveló que en El Salvador 🇸🇻, a dos años de haberse instaurado el régimen de excepción, más de una cuarta parte de la población ha sido testigo de abusos por parte de las fuerzas de seguridad. Y a pesar de esto, el 69.1% de los encuestados apoya la prórroga del régimen 😕. Además, la ciudadanía ha otorgado una calificación promedio de 8.13 sobre 10 al régimen de excepción, la más alta desde que comenzaron las mediciones.
[Qué onda con las plataformas 📌]
Si miramos en profundidad este fenómeno, encontramos que parte de lo que sucede se debe a que los diseños de las plataformas contribuyen a crear un paisaje de riesgo distorsionado sobre la seguridad. Varios investigadores han reflexionado al respecto. En Colombia 🇨🇴, Pilar Sáenz, coordinadora de la Línea de Participación Cívica de la Fundación Karisma, una organización dedicada a los derechos digitales, cree que hay varios aspectos en la dinámica y la configuración de las redes sociales que facilitan la difusión exitosa de contenidos que nos hacen sentir inseguros:
📌Las redes sociales se han convertido en el reino de las imágenes impactantes. Estas imágenes, que apelan a emociones básicas como el miedo, la rabia y la impotencia, refuerzan la percepción de inseguridad y aumentan el enganche de los usuarios, que reaccionan a estas con la difusión de mensajes rápidos y desprovistos de contexto.
El experto en comunicaciones y estrategias para derechos humanos, Thomas Coombes recoge lo que la neurociencia nos enseña al respecto: el miedo y el peligro activan instintos defensivos e individualistas. Estos sentimientos son fácilmente instrumentalizados por los autoritarios, y no contribuyen a la causa de la defensa de la democracia y los derechos humanos. ¿Qué sentimientos nos favorecen? La alegría, la empatía y la solidaridad, por ejemplo.
📌La economía de la atención y la disputa por la monetización alientan a los medios y creadores de contenido a publicar materiales “escabrosos” que distorsionan el debate público.
📌Los algoritmos de recomendación nos pueden sumergir en el consumo interminable de videos violentos si detectan que esos contenidos nos llaman la atención.
[Inspiraciones ✨]
Un grupo de 18 organizaciones colombianas está trabajando para empezar a resignificar colectivamente el concepto de seguridad y desvincularlo del punitivismo, la creación de enemigos, la desconfianza, la estigmatización y la criminalización de ciertos grupos de personas. Su experiencia puede darnos ideas 📝.
Se trata de un proyecto piloto iniciado en 2023 por Puentes, la casa madre de este boletín. Empezó con un diagnóstico sobre las narrativas de seguridad dominantes en ese país y con un estudio de audiencias para entender las nociones de las personas sobre seguridad. Posteriormente, las organizaciones colaboraron para crear de manera colectiva unos principios narrativos que guiarán la experimentación narrativa que está por comenzar. Se centrarán en contar historias que promuevan un nuevo sentido de la seguridad vinculada a la construcción de entornos de confianza .
Catalina Gil Pinzón, especialista en seguridad y coordinadora de este proyecto, me compartió algunas luces y reflexiones de la experiencia para quienes se quieran animar a empezar a proyectar otras formas de ver la seguridad. Ella también ha participado en proyectos de nuevas narrativas sobre drogas:
💡Creo que hay que involucrarse más de lleno en la conversación porque el discurso sobre derechos humanos no es excluyente del diálogo sobre seguridad y reglas sociales.
💡Salgamos de la burbuja y no desestimemos lo que puede significar la seguridad para las personas, lo importante que puede ser para ellas que sus hijos no sean víctimas de reclutamiento forzado o salir a la calle sin sufrir robos. Escuchemos.
💡Cambiar el sentido común sobre seguridad requiere empezar a pensar en cambiar la forma en la que son percibidos los jóvenes en Latinoamérica.
💡Nayib Bukele está intentando, y parece que con éxito, cooptar, deformar y relativizar el término “derechos humanos”. Empecemos a pensar nuevas formas de hablar sobre esto.
💡Arriesgarse. El cambio narrativo es una apuesta a largo plazo porque le apunta al cambio de imaginarios y percepciones, por visionar un nuevo horizonte. Es un proceso de pruebas y errores.
Para el caso de Centroamérica y México, recomiendo consultar el trabajo de la organización feminista Intersecta👌🏽. Junto con otras organizaciones, Intersecta ha reflexionado sobre las narrativas relacionadas con la militarización y divulgan información documental valiosa para contrarrestar el discurso oficial sobre el militarismo y el punitivismo.
Para cerrar, les dejo tres recomendaciones de Intrasentido, una organización de Guadalajara, especializada en trabajo narrativo. El punto es abordar la seguridad desde “la mirada del cambio narrativo, los cuidados comunitarios y las alternativas feministas”. Sus ideas pueden extrapolarse a otros países:
✨ Recuperar las narrativas de las comunidades que defienden su territorio del extractivismo, ahora militarizado, y de las personas que protegen los derechos identitarios, sexuales y reproductivos para fomentar el cambio social a través de historias que generen esperanza e inspiración.
✨ Poner en el centro la solidaridad entre distintos movimientos (feministas, ambientalistas, etc.) permite abrir la puerta a otro tipo de historias.
✨ Replantear lo que entendemos por “seguridad” y cómo la percibimos en nuestras comunidades: pensarla desde el enfoque de la eliminación del enemigo y el control territorial no lleva a generar procesos de cuidado colectivo, de escucha y de reparación. Por el contrario, mantiene esquemas donde no cabe la solidaridad ni las diferencias.
¿Conoces experiencias interesantes de organizaciones o activistas que están buscando cambiar el sentido común sobre la seguridad y/o la militarización? Compártelos en los comentarios para ampliar esta curaduría.
[Anuncio comunitario]
En la edición pasada abrimos una invitación (que reitero aquí 😉) para las organizaciones y medios que quieran pensar en colectivo dónde están las personas en Internet, qué están consumiendo y cómo llegar a ellas. Estoy muy emocionada porque ya se han sumado personas de El Salvador, Honduras, Guatemala, México y Argentina. ¡Acompáñennos a hackear el algoritmo!
Aún estamos preparando los espacios, pero quisiera compartir un adelanto: conversaremos con El Surtidor, un medio paraguayo que utiliza metodologías innovadoras para producir información que moviliza socialmente. Pronto les compartiré las fechas a quienes les interese.
Un ejemplo: para fortalecer la causa contra la proliferación ilegal de gasolineras en Asunción, El Surtidor identificó información que la municipalidad ocultaba y que era clave para que las personas pudieran protestar. La investigaron, buscaron líderes, organizaciones y grupos de interés y llegaron hasta ellos con mensajes específicos. A finales de marzo de este año, el gobierno suspendió la habilitación de nuevas estaciones de combustible en zonas urbanas por cinco años.
¡Muchas gracias por leer!
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Agradecemos a Komons e Intrasentido por permitirnos compartir los hallazgos de sus investigaciones.
Edición: Koleia Bungard y Cristina Vélez Vieira / Diseño: cruanas.emii 🇨🇺